un poema

(para todos/as, la comparsa)


*

al pie del gran volcán
hay un lugar
de incandescente fuego satinado
donde año tras año
con las lluvias
florecen manos

*
las manos,
inercia figurativa de la vida,
son canto en materia transmutado,
espejo silencioso
grave urdimbre,

son pájaros que anidan
cómplices del tiempo
o indómitas arañas
que tejen contingencia

*
en tus manos nace el mundo
y se sublima el nudo del pasado,
nacen manos de tus manos,
manos marcadas, maceradas
por el juego constante entre los dedos,
día y noche

ellas expresan los tejidos y las tramas,
y modelan en la sombra de las llamas
trazos de luz que revientan

*

rostros de engrudo y cera,
carrizo a fuego lento,
aliento aéreo entre silbidos,
pliegue tejido de fractales
y de sangre dactilar

*
por el techo del cuarto
entra el cielo
y derrite al salitre
en copos blancos

entre azules el sol lame las esquinas
y proyecta sombras tejidas
de animales anudados

las manos siguen el curso de los nudos
y se astillan contra la geología de la conciencia,
entonces recuerdan que son viejas,
y que en ellas
duele el soplo indiferente de la vida.